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110 El ilusionista
Yo sé muy bien quién es. Me reconozco en él. Son trucos y cacharros familiares. Su alma está perdida. Cree estar separada de sí misma y se busca. Pide un tiempo de pruebas, preguntas y respuestas para dejar que se disuelva el sueño, para que se despierte la unidad. Sé muy bien que ese juego es un juego de amor en el que los amantes no se engañan, pero engañan a todos esos ojos atentos y consiguen sus días de paraíso refugiados en el ojo de la tormenta, donde nadie osará buscarlos nunca.