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128 Aunque cesan las lágrimas
Aunque cesan las lágrimas, el origen del llanto permanece arraigado en el centro, incorporado al órgano invisible de la vida, en el lugar exacto que atravesó el fulgor de tu presencia. Ahora conozco el peso de la palabra siempre. Siempre has estado aquí, llenando este vacío. Siempre ya estaré solo. Siempre incompleto, andando, opuesto a todo, renunciando a todo, respondiendo preguntas imposibles para abrir esa puerta que has dejado cerrada. Siempre queriendo recordar promesas que no se pronunciaron, besos que no se dieron, vientre seco, alimento que no se compartió, cánticos de alabanza que eran para cantarlos junto a tí en la subida al monte donde nos esperaba el sol final de la perfecta unión.