Atrás
162 Hermana mía, no lo llenes todo
Alma, quieres hacerlo sin ayuda. Quieres ser la semilla, el labrador, la tierra, el agua, el sol y hasta el espantapájaros. No confías en nadie. ¿Por qué quieres hacer lo que no sabes? ¿Cómo quieres vivir donde no hay vida? Elige con paciencia la semilla, que en tu interior madura y es solo tuya y solo para darla. Haz un hueco en la tierra que el mismo amor te ha dado. Nadie puede hacer eso sino tú. Pero después deja que sea otro -quizá yo mismo- quien disponga las lluvias, quien vigile los fuegos, hable a las aves y les pida respeto. Deja que sea otro -quizá pueda ser yo, porque te amo- quien calcule el momento de cosechar los frutos y los tenga dispuestos para quien tú decidas.