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164 Piedad
He dicho: mis contornos se llenan de tibieza y la alegría nace de mi centro. Nadie me ha contestado. He cantado: agradezco la luz y descanso a la sombra de árboles maestros. La soledad ha vuelto sobre mí. He llorado: perdóname, acompáñame, devuélveme la fe. Ha crecido el silencio alrededor. He gritado a la noche: no me escondas tu luz. Y la noche me mira como a un hijo que ha bajado desnudo de la cruz. Me lava las heridas, me canta con dulzura.