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177 En el mismo camino
La promesa era cierta y se ha cumplido. Sin embargo, aquí estás otra vez, más sólido y ligero, en el mismo camino que sabes que no existe. Con la mirada clara puesta en el aire que contiene todo. Con tu ilimitada alegría, con tu insoportable tristeza. Con el alma cortada por la verdad sencilla de que estás vivo y todo vive en tí. Abriendo cada día la primera puerta. Entrando cada día a distintos espacios. Aceptando que todos se te acerquen, te vean y te toquen, para ensanchar un poco más el corazón y así permitir que se cumpla otra vez la promesa.