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295 El corazón de la noche
El corazón de la noche es oculta ternura. Mucho tiempo ha pasado antes de confiar en su latido. Entro despierto a la callada noche, pero tú no te alejes de mí. Es luminoso el centro de la noche. No he visto claro hasta encender su luz. Miro de frente a mis eternas sombras, pero tú, amor, no te alejes de mí. Es necesario y amistoso el miedo y me enseña a aceptar lo que antes rechazaba, lo que ponía piedras en los pies. Abrazo mis pequeños y mis enormes miedos. Abrázalos también, no te alejes de mí. La intención del invierno es maternal. Su mano es tierra sobre la semilla y la protege el tiempo necesario. Voy andando en la larga soledad del invierno hacia mi casa, no te alejes de mí. Es compasivo el golpe de la vida que va derecho hacia lo rígido y revela la caricia escondida. Aprendo a ser flexible y adaptable en tu presencia, no te alejes de mí. El tierno, tibio, claro corazón de la noche es este corazón que tienes en tus manos. Deja que se desvele en ellas lo que guarda, no te alejes de mí.