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384 Dolor: semilla de silencio
Tú eres mi maestra en el dolor. En esto sé sin duda que me amas. Este es el cumplimiento de la unión. Cada vez que la sombra se inclina sobre tí, del origen del mundo sube el agua a tus ojos y tu llanto se abre a mi presencia como grito de auxilio en tu mirada y hace resplandecer el fondo de tus ojos con la luz clara de la confianza. Las palabras no intervienen en esto. Así me entregas el último resto de tu fuerza, como semilla de silencio para la tierra de mi pecho. Y yo la empujo abajo, la guardo y la protejo para que pueda ser en el próximo día vida engendrada en tí, júbilo y vida.