Atrás
149 Imagen congelada
En aquella mañana que no termina nunca de pasar estás de pie queriendo que me mueva sin entender por qué estoy delante de tí, aunque ligeramente ladeado. Por qué no aporto materiales vitales a tu proceso de autoconstrucción. Por qué te miro como si esperara ser demolido. Y, dado que estamos casi desnudos y acabo de darte un placentero masaje, por qué no sigo ahora que me tiendes los brazos desde esta misma orilla. Por qué no puedo ver que te has esforzado para cruzar y ya estás renacida y esperando. Por qué me paraliza ese pánico que confundo, gentil y autocompasivo, del todo equivocado, con benévolo exceso de respeto, como si frente a tí solo fuese un hermano mayor, o como si quisiera guardarte urgentemente en el álbum triste de lo imposible. Aún no conozco bien las raíces del miedo que congeló esa imagen que no pierde color, impidiendo que venga lo que deseo. Ni por qué, contra toda razón nos seguimos hablando sin movernos de allí.