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160 Madre de la fé
Lo que se encuentra abajo, cuando ya no se puede descender. Lo que impulsa a iniciar otro vuelo. Que tiene que vencer al peso del fracaso circular de la vida. Y vence. Estalla. Vive. Recomienza siendo otro. Sacando de la angustia y de la asfixia el ritmo virgen del aliento. Desvelando colores nunca vistos, cantando con palabras recién hechas. Esta luz no visible. Esta madre. Esta nada creadora. Y yo la amo, estoy unido a ella, creo en ella también cuando estoy débil. Incluso en el dolor, que ella me ayuda a ver sin disfrazarlo, a sufrir limpiamente, sin medicina alguna.