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181 El señor de los campos
El señor de los campos camina de tal modo que el sonido de sus pies en la tierra no levanta a los pájaros, pues los campos se resumen en él y lo acompañan, lo abrazan, lo reciben y lo envían y respiran su aliento. Sus pasos dan ritmo y voz al canto de la vida completando la melodía del agua para el oído de todo el que le sigue. Yo voy detrás de él, poniendo su silencio en mis palabras y disfruto de andar muy cerca de los seres que lo aman y han quedado tan llenos de su luz que a mí mismo me incluyen.