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210 Abertura
Al principio me pareció una mala herida, pues los labios de carne sangraban sin curarse. Luego se fue ensanchando y poco a poco dejó pasar la luz. Entonces empezó a parecer más bien una ventana. A través de su espacio pude veros. Pero sigue creciendo y ahora ya no sé qué nombre darle. Aunque duele, es más yo que yo mismo y todo el mundo quiere entrar ahí.