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330 La plegaria
El cielo claro. Limpia la luz. Sereno el aire. Incluso desde el fondo de la noche, hacia la alta sonrisa donde vives se eleva la certeza de que me amas, mi grito de alegría, mi canto de victoria y libertad. Pues es tu propia voz la que canta en mi boca y me pierdo en tus ojos que reflejan los míos y soy agua en la fuente de tu abrazo y me vacía tu profundo arrullo. Entonces mi plegaria es tu palabra, mi anhelo es tu deseo y el universo entero trabaja alegre para darle vida.