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347 Vuelvo a entrar al jardín
Vuelvo a entrar al jardín en este agosto con aire de abril, en esta luz dorada que es mía desde siempre. Hoy que soy yo y ya no soy un padre ni un marido, ni un hermano mayor, ni un mendigo ni un rey. Vuelvo a entrar al jardín y van conmigo el pueblo que me acoge, mis hijos, mis amigos, mis hermanos, también los que me hicieron, los padres, los maestros, las mujeres que amé. Vuelvo a entrar al jardín para escuchar los nombres que me dan, la alegría que cantan, el rumor de sus vidas, la cualidad tranquila como un manto de lluvia de su amada presencia. Vuelvo a entrar al jardín para jugar y vivir con el niño que ha venido conmigo. Bajarlo de mis hombros y hacerle caminar. Enseñarle que hay fresas entre la hierba oscura del sendero. Enseñarle a reír, reír con él y gozar su descanso, mi descanso.