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"Un hombre religioso"

Soy un hombre religioso,
pero mi fe parece tan profunda
que a ninguna creencia se acomoda.
A ninguna esperanza
se someten mis dudas.

Soy la llave del cofre sin cerradura.
Frente al país del alma,
el solitario rey de la frontera.

Tampoco hay que extrañarse.
Desde el primer recuerdo
en mi entorno se desata una tormenta de búsqueda.

No puedo decidirme por lo alcanzable,
lo real me rehuye.

De las diez clases de hombres solo salvaría
a los que prefieren la incertidumbre.
De entre todas las mujeres
solo me interesaron de verdad
fluidas abstracciones
que levitan como jirones de niebla
o me rechazan.

Nada fácil de ver.
Nada concreto que pueda señalar.
Nada sólido.

Algo partido en dos.
Algo indeciso
entre ascenso y caída.

Un alegre silencio que abre el cielo y escapa.
Una canción que rompe el corazón e inicia
una danza de llanto interminable.

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