Vas a enviar este poema.

"Imagen congelada"

En aquella mañana
que no termina nunca de pasar
estás de pie queriendo que me mueva
sin entender por qué estoy delante de tí,
aunque ligeramente ladeado.

Por qué no aporto materiales vitales
a tu proceso de autoconstrucción.
Por qué te miro como si esperara ser demolido.

Y, dado que estamos casi desnudos
y acabo de darte un placentero masaje,
por qué no sigo ahora que me tiendes los brazos
desde esta misma orilla.

Por qué no puedo ver
que te has esforzado para cruzar
y ya estás renacida y esperando.

Por qué me paraliza ese pánico
que confundo, gentil y autocompasivo,
del todo equivocado,
con benévolo exceso de respeto,
como si frente a tí solo fuese
un hermano mayor, o como si quisiera
guardarte urgentemente
en el álbum triste de lo imposible.

Aún no conozco bien
las raíces del miedo
que congeló esa imagen
que no pierde color,
impidiendo que venga
lo que deseo.
Ni por qué, contra toda razón
nos seguimos hablando
sin movernos de allí.

El envío se hace por correo electrónico; por tanto se necesita tu email y el de la persona destinataria. Una vez enviado el mensaje, esta página descarta ambos emails y no conserva memoria del envío.

En el mensaje, junto con tu texto y el poema, se envía una referencia a esta página.

Si el envío va bien, recibirás una copia en tu buzón.