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"Corazón libre"
De tarde en tarde,
en mi portal las brujas deliberan
cómo hacerme perder la confianza,
cómo cerrar la puerta de los montes
y obligarme a buscar seguridad
en sus sucios asuntos comerciales.
Traen su munición de palabras pesadas
para atacar mi risa,
mis ventanas abiertas.
Desean fieramente convencerme
de que mi corazón es como una mascota,
venderme sus juguetes y jaulas para él.
No me quieren creer cuando les digo
que ya no tengo el corazón aquí,
pues entendí su cualidad salvaje,
le dí la libertad y se marchó.
No quiero que se oculte
en esperanzas ocres y marchitas.
Andará por ahí
cantando sus canciones partisanas,
sus salmos de alabanza,
susurrando palabras inventadas
al oído de alguna compañera.
A mí me gusta así
y lo sigo queriendo como a un hijo
y sabe que su cuarto vacío sigue limpio.