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"Coma inducido"

Muchas veces las almas que se acercan a encrucijadas serias
quedan paralizadas por el miedo
y para recobrar la ligereza, curarse las heridas
y volver a saber quiénes son, qué desean,
compran en este tiempo las cosas que se ofrecen en la calle,
esas cosas que ayudan a soportar la vida que no amas
y reducen el grado de dolor a un nivel aceptable.

Todas vienen en frascos de colores,
todas te tranquilizan con palabras,
te prometen espléndidos caminos diferentes:
la paz, el equilibrio, la fuerza, la ecuánime distancia,
la energí­a, el nirvana, la compasión, la fe,
Dios, el Tao, el presente, el equilibrio,
la danza de la vida,
la ilusión temporal de invencibilidad.

Todas se venden tanto porque las utilizas para inducir el coma
y no aceptar la alegría y el riesgo
del corazón sencillo de la vida que la vida te ofrece.

Es tu costumbre usarlas
para seguir creyendo que te mueves,
que tienes un proyecto.
Fingiendo mientras puedas
que no ves lo que ves.

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