Vas a enviar este poema.

"Canción para Miguel"

Después de haber temido
por tí, por mí, por todo,
sobre todo por tí,
cuando te ví cruzar
la noche sin defensas,
me alegro pues no veo
el miedo en tu mirada.
Me alegro de no verte
esconder la cabeza.

Me alegro de que seas
como yo y no calcules
ni administres el riesgo
de vivir.
Yo me alegro.
Alégrate conmigo.

Es valiente el que entrega.
Es justo el que no juzga.
Es fuerte el que no oculta
su frágil estructura.

No es débil el que pide.
No es injusto el que lucha.
No es cobarde el que llora.
No es mísero el que pierde.

Solo el que no se atreve
pierde lo verdadero
y aplaza el gozo
de sentirse amado.

La vida no maldice
al que entrega su vida
y nadie puede dar
nada sino su vida.

Veo el brillo del agua
transparente en tus ojos
y no encuentro malicia en tí.
Y veo que te quieren
los hijos de la vida
y todos quieren caminar contigo.

Fue la Vida, la Madre,
quien te envió a nosotros,
no solo para tí,
sino para enseñarnos
a amar lo más pequeño.
Tu niñez indefensa,
mi escasa confianza,
cada herida incurable
de los que nos rodean.

Fue la Madre, la Vida,
a través de tu pecho
me llegaba su voz.
Cuando ví mi ceguera,
yo te puse ante mí
para escuchar el canto
que me entregó la vida.

Yo te puse ante mí
como un escudo fuerte
buscando renacer.

Yo te alcé frente a mí
y contigo en los brazos
respiré la esperanza.

Y junto a mí te quiero
cuando entregue el aliento,
para que tú lo pongas
al servicio de todos.

El envío se hace por correo electrónico; por tanto se necesita tu email y el de la persona destinataria. Una vez enviado el mensaje, esta página descarta ambos emails y no conserva memoria del envío.

En el mensaje, junto con tu texto y el poema, se envía una referencia a esta página.

Si el envío va bien, recibirás una copia en tu buzón.