Vas a enviar este poema.
"Muerte: la que da vida"
Escucha la verdad que declara el silencio
detrás del canto del arroyo claro,
en el primer sabor de las fresas de junio,
en el valle de calma entre dos olas.
Aléjate sin prisa. No traces tu camino.
Deja caer la dudas y certezas. Debes llegar vacío.
Cada paso te acerca al bosque oscuro
donde te está esperando.
Ella es fuerte y fragante, alegre y tierna
y su aliento de sal es lo que necesitas.
En ella están y viven los seres que has amado
y entrarás en su danza a completar el círculo.
No mires lo que queda
de las variadas formas del anhelo.
Cuando todo se apaga, lo que queda eres tú
y en ella te disuelves.