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"El árbol"
El árbol es el árbol
y, como yo, tampoco tiene asiento en sí mismo.
Acaso ni los pájaros que duermen en las ramas lo conocen.
El árbol no es un signo.
No manifiesta nada.
No es su función comunicar ideas,
crear palabras ni colorear sueños.
Yo no le canto al árbol.
Yo no sé su lenguaje ni sé medir su tiempo.
En silencio lo respeto y admiro.
En su sombra descanso,
me apoyo en su firmeza
y me quedo dormido algunas veces
escuchando el rumor del aire entre las hojas.
El árbol está vivo y me acompaña
y su juego es mi juego.